viernes, 28 de enero de 2011

Fieles a la Visión de Dios

Fieles a la Visión de Dios
Gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo Jesús y que por medio de nosotros da a conocer su mensaje, el cual se esparce por todas partes como un aroma agradable. Porque nosotros somos como el olor del incienso que Cristo ofrece a Dios, y que se esparce tanto entre los que se salvan como entre los que se pierden. Para los que se pierden, este incienso resulta un aroma mortal, pero para los que se salvan, es una fragancia que les da vida. Y quien está capacitado para esto? Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos; al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.
2 Cor. 2, 14 – 17
¿Que significa recibir la Visión de Dios?
 La visión de Dios es un don de incalculable valor y responsabilidad.  Cuando Dios concede Su Visión, puede que sea en forma de una impresión clara en el corazón de quien lo recibe, o que la persona ve una visión, o escucha un mensaje. La Visión de Dios viene en varias formas, pero lo claro es que la persona o personas que recibe la Visión de Dios queda absolutamente seguro que tuvo un encuentro con Dios y que Dios le ha pedido algo específico. La Visión de Dios cambia radicalmente el rumbo de su vida, y le mueve al que lo recibe a entregar su vida y todo lo que tiene para verlo realizado.
Cuando San Francisco de Asís escucho a Dios pedirle la reconstrucción de su Iglesia, posiblemente no entendió en el momento la dimensión de la Visión, y por sus limitaciones en este momento imagino la reconstrucción de la Porciúncula.  Pero en el tiempo, y con la fidelidad de San Francisco comprobado, Dios siguió revelando la magnitud de la Visión a sus elegidos y también incorporo a otros colaboradores para compartir la Visión y participar en su realización.
La familia Burrillo seguramente no imagino la magnitud de Clara Visión, pero Dios ha premiado su fidelidad a la Visión con la gran familia de María Visión.

Todos formamos una familia, unidos en la Visión
Cuando hablamos de la palabra “familia” viene a la mente muchas imágenes.  Imaginemos al padre, a la madre, a los hermanos, los nietos y abuelos, tíos y tías, yernos y nueras, suegros y suegras, cuñadas, y la familia extendida.
 La familia nos define, y nos da pertenencia. Al mismo tiempo de gozar de los beneficios de la familia, sabemos que cada miembro de la familia tiene su rol y sus responsabilidades.
En la familia funcional, cada miembro encuentra su lugar y su libertad.  Cada miembro es apreciado y valorado.  Cada miembro aporta en la medida y la capacidad que pueda.  Cada miembro es  individual pero a la vez es íntimamente vinculado y dependiente en los demás.
En las familias hay conflictos, problemas, y divisiones pero la pertenencia a una familia no es opcional.  Uno nace en una familia y pertenece a ella durante toda su vida. Su pertenencia es permanente.
Cuando hablamos de la “familia” de María Visión, no debemos tomar la palabra en forma ligera. Si Dios nos ha llamado a pertenecer a esta gran familia, debemos encontrar nuestro rol en ella y cumplir cada uno con sus responsabilidades.
La familia es fiel a sus miembros.  No hay peor infierno en el mundo que una familia dividida y disfuncional No llega a cumplir sus miembros con sus responsabilidades, y en el caso de María Visión, no llegara a cumplir con la misión que Dios le ha encomendado. 
Compartimos y colaboramos en la misma Visión:
María Visión está compuesta por diferentes colaboradores pero compartimos la misma Visión. En la oración de Jesús (Jn. 17, 21),  Jesús pide al Padre por nuestra unidad a la Visión: Te pido que todos estén completamente unidos, que sean una sola cosa en unión con nosotros, oh Padre, así como tus estas en mí y yo estoy en ti. Que estén completamente unidos, para que el mundo crea que tú me enviaste.  Solamente la Visión de Dios podría unir a tantos talentos y dones y carismas.
Protegiendo la Visión de Dios
Cada miembro de la familia de María Visión esta llamada a defender y proteger la Visión de Dios.  Cada obra de Dios enfrenta muchos enemigos que desean su destrucción.  Satanás constantemente este en guerra contra la Iglesia de Dios y sus obras y usa toda clase de armadura para tratar de destruirla: el pecado, las divisiones, el orgullo y soberbia, las luchas de poder, el afán por el  dinero, las distracciones, la pereza, etc.
Pero unidos como familia, unidos en oración, unidos con María y a la Iglesia, encontraremos siempre la fuerza para mantenernos firmes en nuestros llamados y compromisos, entregándonos en completa consagración para ver la Visión de Dios realizada.

Siendo fieles a la Visión de Dios
La fidelidad es una decisión.  Uno es fiel, porque está completamente unido a Dios quien es siempre Fiel.  El Espíritu Santo quien este guiando y protegiendo y animando la Iglesia, está en cada uno que comparta esta Visión.  El Espiritu Santo está siempre presente en María Visión: ungiendo a cada conductor, presente en cada Misa celebrada y oración pronunciada. El inspira a los técnicos, mueve la generosidad de los benefactores, consuela a los que llaman, y provee por cada necesidad del canal.  Para ser fieles a la Visión, basta ser fiel a Dios y disponer de tu vida y todo lo que tienes para ver la Visión realizada. 

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